lunes, 24 de enero de 2011

No se aprenda nunca un discurso de memoria

Un orador jamás debe aprender un discurso de memoria. Nunca debe hacerlo. ¿Por qué? ¿Qué tal, por ejemplo,que se le olvide el párrafo tres o el siete?

Entre aprender un discurso de memoria y leerlo, es mejor leerlo. Si lo lee con ganas, con pólvora en la voz y manteniendo el contacto visual con su auditorio,
saldrá adelante de manera digna.

Cuando una persona habla de memoria, no parece un ser humano. Parece un robot. Deja ver que está hablando de memoria.

Si usted tiene claros los hechos y las ideas, las palabras le fluirán sin problema.

Cuando una persona habla de memoria pone la mente a trabajar hacia atrás, recordando palabras, en cambio de permitirle su curso normal, hacia adelante, exponiendo
hechos o ideas.

Nunca piense en palabras. Piense en hechos e ideas.

Si usted tiene ideas, convicciones, si tiene claro lo que va a decir, ante un grupo, ante su jefe, en una reunión familiar, si tiene claras las ideas y los
hechos, las palabras surgirán. Puede tener la certeza de esta realidad.